Como siempre ocurre en una tirada de tarot, el significado del arcano dependerá en gran medida de las demás cartas que lo rodeen. Por lo tanto, ten cuidado con la información siguiente. A menudo, el arcano del Diablo simboliza las fortalezas y debilidades ocultas en el interior de las personas. Estos secretos bien guardados pueden estar relacionados, por ejemplo, con pulsiones que tratamos de contener, así como con hábitos arraigados, difíciles de erradicar. Como el Yin y el Yang, Dios y el Diablo mantienen una estrecha relación. Si uno reina sobre la luz, el otro gobierna en la noche y sus misterios. En el fondo, no podrían existir el uno sin el otro.

El Diablo asusta porque se refiere a elementos difíciles de controlar para el ser humano. Sin embargo, no olvidemos que este personaje no es necesariamente peligroso, sino que tan solo nos anima a obedecer a nuestros impulsos. Se podría incluso considerar que es capaz de ejercer en nosotros una cierta liberación, dado que pone en tela de juicio los códigos y valores que rigen nuestra vida. Puede entenderse como el símbolo mismo del deseo, con todo lo que ello implica en cuanto a regocijo e inestabilidad. Cuando aparece la carta del Diablo, el verdadero peligro es no ser capaz de resistirse a sus impulsos primarios, lo que puede dar lugar a consecuencias particularmente destructoras. Si bien asumir riesgos es a veces sinónimo de cambio positivo, ceder a la impulsividad puede igualmente conducir a torrentes de impulsos difíciles de controlar. Se tratará de aprender a canalizarlos.

Contrariamente a las apariencias, el Diablo invertido es una carta mucho más fácil de interpretar que el arcano en su tirada tradicional. La imagen pierde parte de su potencial destructivo, ya que su influencia solo se extiende a los aspectos psíquicos, sociales y sexuales. Resulta menos apremiante y conduce gustoso a la concienciación del consultante respecto a los vínculos de dependencia que mantiene con ciertas personas o situaciones. Como tal, constituye una ventaja innegable para cualquiera que desee comprender mejor los entresijos de la psicología humana y deshacerse de hábitos dañinos.

Este conocimiento puede generar una necesidad de cambio en el consultante, una modificación conductual que contribuirá gradualmente a su bienestar. Una vez emprendido el camino adecuado, bastará con desconfiar de los impulsos demasiado violentos o repentinos, que son verdaderas fuentes de error. ¡La felicidad requiere sin lugar a dudas una mentalidad constante y serena!